Artículo Revista Capital : Calma y Tiza
Comandar una compañía colosal es complejo, pero comandar una que además está presente en cuatro países y que no para de crecer, es aún más intenso. Juan Benavides asegura que la gran receta para encarar el reto es actuar con optimismo y tranquilidad. Y la fórmula le ha dado resultados.
Han pasado tres años desde que Juan Benavides (49 años, casado, 6 hijos) asumió la gerencia general corporativa de Falabella, una de las cinco empresas más grandes de Chile. Sin duda todo un desafío, el que no dudó en tomar y que se nota hoy los ejecuta de manera “gozosa”. Como bien dijo un par suyo del retail, la suya es una pega de medio día: a las ocho de la mañana Benavides ya está en su oficina; para las nueve ya tiene procesada todo tipo de información, tanto pública como de la empresa y de ahí en adelante corre de reunión en reunión supervisando el estado de los diversos negocios de la empresa, los que ya se han extendido a Perú, Colombia y Argentina. Tras un rápido almuerzo, que no pocas veces es en el mismo escritorio, su jornada vespertina continúa con una demandante agenda que sin percibirlo lo lleva a las ocho de la noche, hora en que generalmente “baja la cortina”.
De gran carrera en la compañía, este ingeniero comercial de la Universidad Católica ingresó en 1995 al puesto de gerente general de CMR con la misión de desarrollar el –en ese entonces– incipiente negocio financiero. De ahí en más, se abocó a la creación del plan estratégico de retail financiero, es decir, el desarrollo de los distintos servicios financieros, seguros y viajes. Una vez que eso estuvo diseñado, se nombró un gerente general en cada área, y cuando en Chile el modelo ya estaba probado, se exportó a Perú y Argentina. Con la expansión, ese puesto se oficializó como gerencia general de retail financiero, de la cual dependen las gerencias de las distintas áreas presentes en Chile, Perú, Colombia y Argentina.
Y de ahí vino en 2004 el salto que lo dejó en el gran sillón en el que está hoy y desde el cual ha debido supervisar que el crecimiento de este gigante sea armónico y coordinado.
La tarea ha sido intensa, admite Benavides. Mal que mal, partió con el desarrollo y ejecución de un plan de inversiones por 1.400 millones de dólares que tiene por norte la consolidación de SACI Falabella en la región de aquí a 2010. A ello hay que sumar otros acontecimientos que han agitado el día a día de la empresa. Entre los que se cuenta la entrada del grupo al rubro de los supermercados con la adquisición de San Francisco y el trabajo de fusión y post fusión con Sodimac. -En una compañía de estas características, una vez a la semana uno se encuentra con una dificultad importante en algún negocio, en algún país, en alguna circunstancia. Creo que lo más relevante es que para cada dificultad se debe tener la tranquilidad para analizar los problemas como corresponde, para lo cual es fundamental contar con los equipos necesarios de gente. Falabella los tiene, lo que permite que cualquiera que sea la dificultad, se pueda resolver adecuadamente.
Y hablando de tiempos de trabajo arduo, si bien las cosas aún están por desarrollarse, la fusión con D&S sin duda será una gran desafío para él. Con todo, Benavides se muestra tranquilo. Explica que sería su tercera fusión en el cuerpo, experiencia de la que ha aprendido que el mayor desafío está en la integración de las culturas, y por ende, de personas. -El conocerse, entender cómo se hace algo en un lado y en el otro, es un proceso muy importante que requiere de mucha disposición de todos los involucrados. Hacerlo es sano para las personas y para la empresa puede ser muy enriquecedor.
Han pasado tres años desde que Juan Benavides (49 años, casado, 6 hijos) asumió la gerencia general corporativa de Falabella, una de las cinco empresas más grandes de Chile. Sin duda todo un desafío, el que no dudó en tomar y que se nota hoy los ejecuta de manera “gozosa”. Como bien dijo un par suyo del retail, la suya es una pega de medio día: a las ocho de la mañana Benavides ya está en su oficina; para las nueve ya tiene procesada todo tipo de información, tanto pública como de la empresa y de ahí en adelante corre de reunión en reunión supervisando el estado de los diversos negocios de la empresa, los que ya se han extendido a Perú, Colombia y Argentina. Tras un rápido almuerzo, que no pocas veces es en el mismo escritorio, su jornada vespertina continúa con una demandante agenda que sin percibirlo lo lleva a las ocho de la noche, hora en que generalmente “baja la cortina”.
De gran carrera en la compañía, este ingeniero comercial de la Universidad Católica ingresó en 1995 al puesto de gerente general de CMR con la misión de desarrollar el –en ese entonces– incipiente negocio financiero. De ahí en más, se abocó a la creación del plan estratégico de retail financiero, es decir, el desarrollo de los distintos servicios financieros, seguros y viajes. Una vez que eso estuvo diseñado, se nombró un gerente general en cada área, y cuando en Chile el modelo ya estaba probado, se exportó a Perú y Argentina. Con la expansión, ese puesto se oficializó como gerencia general de retail financiero, de la cual dependen las gerencias de las distintas áreas presentes en Chile, Perú, Colombia y Argentina.
Y de ahí vino en 2004 el salto que lo dejó en el gran sillón en el que está hoy y desde el cual ha debido supervisar que el crecimiento de este gigante sea armónico y coordinado.
La tarea ha sido intensa, admite Benavides. Mal que mal, partió con el desarrollo y ejecución de un plan de inversiones por 1.400 millones de dólares que tiene por norte la consolidación de SACI Falabella en la región de aquí a 2010. A ello hay que sumar otros acontecimientos que han agitado el día a día de la empresa. Entre los que se cuenta la entrada del grupo al rubro de los supermercados con la adquisición de San Francisco y el trabajo de fusión y post fusión con Sodimac. -En una compañía de estas características, una vez a la semana uno se encuentra con una dificultad importante en algún negocio, en algún país, en alguna circunstancia. Creo que lo más relevante es que para cada dificultad se debe tener la tranquilidad para analizar los problemas como corresponde, para lo cual es fundamental contar con los equipos necesarios de gente. Falabella los tiene, lo que permite que cualquiera que sea la dificultad, se pueda resolver adecuadamente.
Y hablando de tiempos de trabajo arduo, si bien las cosas aún están por desarrollarse, la fusión con D&S sin duda será una gran desafío para él. Con todo, Benavides se muestra tranquilo. Explica que sería su tercera fusión en el cuerpo, experiencia de la que ha aprendido que el mayor desafío está en la integración de las culturas, y por ende, de personas. -El conocerse, entender cómo se hace algo en un lado y en el otro, es un proceso muy importante que requiere de mucha disposición de todos los involucrados. Hacerlo es sano para las personas y para la empresa puede ser muy enriquecedor.